Canciones que salvaron tu vida

Tuesday, February 20, 2007

Perfectos desconocidos



El otro día un amigo me comentó que había escuchado un temón de Ataque 77. Junto con sorprenderme le dije "seguro es un cover, ¿como se llama?". Me respondió "Perfección" y mi siniestra mueca de satisfacción se vino con la inmediata aclaración: "sí, es un cover, del grupo brasileño Legiao Urbana, uno de los más influyentes en ese país en las décadas de los '80 y '90. Y no fue por pedantería que quise poner las cosas en su justo lugar, más bien lo hice como un homenaje para todos los grupones que jamás pudimos disfrutar en nuestro país.
Hace como ocho años un amigo que regresaba de Brasilia me trajo un par de discos y de inmediato me gustaron. Poco a poco me fui comprando el resto de su discografía, pero hubo un tope fatal... dejaron de editar por la muerte de su vocalista, Renato Russo, el 11 de octubre de 1996 a causa del maldito Sida. Tempo perdido, Que pais e este o Perfecciao son sólo algunos de sus éxitos, con letras que verdaderamente hacen pensar.

Monday, February 12, 2007

Se cumplirán 19 años...




En enero de 1988, Virus grabó el video clip del tema Encuentro en el río musical, que pese a no contar con demasiados elementos, era el más caro que hasta el momento se había filmado en nuestro país.
Federico pasó 1988 con una fuerte angustia personal y la necesidad de dedicarle más tiempo a su persona. Quiso consultar a un psicoanalista pero el primero que llamó le respondió que no tenía tiempo para atenderlo, que debía irse de viaje.
Sin embargo, los más cercanos a él, dicen que en ese último año, preso del SIDA, había alcanzado una paz llamativa, inversamente proporcional a su deterioro físico.
A principios de ese año, la recopiladora de música del noroeste, Leda Valladares decidió convocarlo, por consejo de una amiga suya, Susana Miller, para participar junto a varios músicos de rock, de su proyecto Grito en el Cielo, con el que intentaba recuperar las bagualas, tonadas y vidalas anónimas del canto de los valles y difundirlas por medio de dos discos y una serie de conciertos.
Federico aceptó, pero como la tonada A mi me dicen el tonto y la vidala En atamisqui eran para dos voces, le pidió a Daniel Sbarra que lo acompañara. Daniel conocía bastante de folklore gracias a sus trabajos en Paris junto al quenista Uña Ramos. Si bien Federico todavía salía de su casa, se sentía cada vez peor, y había perdido mucho peso.
Sin embargo, siguió presentándose como cantante de Virus y enfrentándose al enorme desgaste físico que le provocaban las actuaciones.
Se propuso trabajar de manera más reposada en su casa, en un proyecto solista que siempre tuvo en mente, pero al que no se dedicó porque prefería al grupo. Una ves concluido el contrato con RCA, que abarcaba tres discos, el cual jamás se completó y del que sólo alcanzó a cantar uno, pensaba convocar a músicos brasileños que admiraba, como Caetano Beloso y Gilberto Gil, para pedirles músicas para ponerles letras. Iba a cantar con María Bethania, y por supuesto, seguiría componiendo nuevas canciones propias. Cachorro López, ex abuelo de la nada, y Gustavo Cerati, iban a colaborar con él. Pedro Aznar llegó a reunirse varias veces con Federico en su casa. Grabaron algunos demos y bocetos.
Mas adelante seguiría grabando canciones inéditas, en su consola de 16 canales. Las letras relfejaban la angustia que estaba atravesando.
Su última actuación fue el sábado 21 de mayo de 1988 en el Cine-Teatro Fenix de Flores.
Federico no soporto seguir tomando el AZT, un producto que con el objeto de bloquear la reproducción del virus, detiene también la reproducción vital de los glóbulos blancos, rojos y las plaquetas sanguíneas. Por medio de un amigo, visitó a una especie de homeópatas que hacían curas por medio de la alimentación. Pretendían depurar su organismo para que pudiera defenderse, por esta razón, debió suspender toda la medicación preventiva que tomaba.
Comenzó a estar mucho más delgado e inapetente. En agosto de 1988, contrajo una angina, e intentaron curarla sin remedios. Perdió más peso. Era un tratamiento a base de ayunos, pero la infección no cedía y su organismo ya estaba demasiado debilitado. Su madre le llevaba comidas especiales para ese tratamiento. Lo visitaba todos los días a la mañana y a la noche, hasta que decidió mudarse con él, ya que la noche era el peor momento de Federico. Pasaron juntos su agonía.
Paralelamente Virus comenzaba a grabar Tierra del Fuego, su octava placa. Existen varias hipótesis de lo que ocurrió durante la grabación: Según Julio, Federico fué a las dos primeras sesiones y se dió cuenta que no podía. Según Victor Gomez, el manager de Virus, alcanzó a grabar una primera toma de Despedida nocturna. Según Daniel, fue sólo el primer día, y según Marcelo lo llamó por telefono desde su casa y le dijo que no podía cantar, que tenía que hacerlo el.
Lo concreto es que Federico le pidió a Marcelo que no abandonaran la grabación, porque el material era muy bueno. Coescribió dos letras: Un amor inhabitado con Julio y Lanzo y escucho con Daniel.
Mientras se grababa Tierra del Fuego, Marcelo pasaba a diario por la casa de Federico a visitarlo. No hablaban de remedios, del SIDA, o de la muerte, sino de arreglos, de trabajo, de canciones...
En Noviembre del 88' viajaron para la mezcla del disco a Nueva York, los cinco integrantes de la banda restantes para pasar unidos el momento más difícil del grupo.
Un mes y medio después, regresaron con el disco terminado. Apenas llegaron a Ezeiza, Marcelo se tomó un taxi hasta el CEMIC (Centro de Estudios Médicos e Investigaciones Clínicas), en calles Las Heras y Sánchez de Bustamante, donde Federico estaba internado desde unos días antes de que sus hermanos viajaran a los Estados Unidos. Llevó una copia en casete del disco, pero en la clínica no había grabador y Federico tampoco estaba en condiciones de disfrutar la música. Pesaba cerca de 35 kilos.
Muchos periodistas sabían que Federico tenía SIDA, pero se negaron a informarlo en los medios, respetando su decisión y la de su familia. Osvaldo Marzullo, un periodista de dudoso prestigio profesional, violó el pacto de silencio y dió la información completa a través de un cable que llegó a todos los medios del país.
Los médicos del CEMIC, le dieron el alta a Federico para, ya que no quedaba nada por hacer, que al menos pudiera estar en su casa.
Durante esos últimos días, Federico decidió informarles su estado a amigos y conocidos que hacía tiempo que no veía. A algunos sólo les comentó por teléfono y prefirió que no lo vieran.
El martes 20 de diciembre por la noche, se presentó en el Teatro Nacional Cervantes, el primer volumen de Grito en el Cielo, con todos los artistas que habían estado en la grabación, excepto Federico. Daniel Sbarra cantó sus respectivos temas con el folklorista Raúl Carnota.
Esa misma noche, Federico había estado componiendo un tango, en su cama de dos plazas. A la hora de cenar, llamó a su madre, y sin fuerzas para cantar su última canción se la silbó despacio, después se durmió tranquilo y relajado.
Federico murió a causa de un paro cardiorespiratorio en la madrugada del miércoles 21, en su casa, preso del SIDA.



Fuente: "Virus, una Generación" de Daniel Riera y Fernando Sánchez, 1994.